A diferencia de un ordenador normal, que generalmente está pensado para procesar información de usuarios locales, un servidor es un equipo mucho más potente, conectado a Internet (o a una red local) cuya principal función es ofrecer una serie de servicios a todos los usuarios (clientes) que se conecten a él, siendo primordial que el servidor funcione lo más rápido posible, incluso con una elevada carga de trabajo, y garantizando el acceso a los datos siempre. Por ello, ambos tipos de sistemas no pueden considerarse como iguales, ni se debe utilizar el mismo sistema operativo al tener diferentes finalidades.
Cuando hablamos de sistemas operativos de escritorio, Windows es quien lleva la cabecera. Sin entrar en las mismas polémicas de siempre, no podemos negar que este sistema operativo es más fácil de utilizar y, sobre todo, ofrece mucho mejor rendimiento en ciertas tareas (como en los juegos) que otros sistemas como pueden ser Linux o macOS. Además, gracias a las últimas medidas de seguridad implementadas en Windows 10 Fall Creators Update, incluso podemos aventurarnos a decir que, simplemente dependiendo de Windows Defender y el Firewall de Windows, no deberíamos tener problemas de seguridad ni malware.
Sin embargo, cuando buscamos un sistema operativo para un servidor, las cosas cambian. Los administradores necesitan un sistema capaz de optimizar al máximo los recursos del sistema, estable, fiable y con una seguridad extrema, ya que los piratas informáticos están constantemente atacando los servidores.
En el tema de servidores, Linux lleva la delantera, y a continuación vamos a ver por qué.
Linux, un sistema operativo para servidores totalmente gratis para todos, sea cual sea tu fin y tu hardware
Linux es gratis. Tengas el hardware que tengas, cambies lo que cambies, tengas a los usuarios que necesites… siempre gratis. Además, es de código abierto, por lo que incluso, si quieres, puedes revisar el código fuente y modificarlo a tu antojo.
La licencia más barata de Windows Server 2016 es de 501 dólares, y si queremos alguna de las ediciones superiores tendremos que pagar entre 800 y 6000 euros, aumentando el precio según los núcleos del procesador.
La mayoría de las aplicaciones también son gratuitas y de código abierto, por lo que, simplemente pagando por el hardware de nuestro servidor (o alquilando un servidor en la nube), no tendremos que realizar más inversiones para nada.
Un sistema estable y fiable
Cuando montamos un servidor no podemos permitirnos reinicios tras descargar actualizaciones, o bloqueos, o pantallazos azules ni todas esas cosas tan características de Windows. Linux es un servidor 100% estable y 100% fiable, así como todos los programas y procesos que se ejecutan en él. Un Linux tan simple como puede ser OpenWRT puede estar años en uptime sin dar ni un simple error.
Además, si instalamos un programa o un servicio, así como si lo actualizamos e incluso si modificamos su configuración, los cambios se aplican al instante simplemente reiniciando el daemon, o servicio, en cuestión, pero sin necesidad de reiniciar el equipo. Además, con el Live Patching, el reiniciar incluso tras actualizar el Kernel es cosa del pasado.
La seguridad, otro punto a favor de Linux
Sin depender de software adicional, un sistema Linux cuenta por defecto con un gran número de medidas de seguridad que lo protege de todo tipo de vulnerabilidades. Desde su propio firewall IPtables, hasta TCP wrappers y las medidas de seguridad SELinux, el sistema operativo está blindado frente a todo tipo de ataques informáticos.
Las vulnerabilidades que puedan aparecer en Linux, además, se solucionan en cuestión de horas, a diferencia de Windows, cuando los parches se lanzan de mes en mes.
Eso sí, si utilizamos software desactualizado y vulnerable, o configuramos mal IPtables, entonces las probabilidades de un ataque informático aumentan. Pero si estamos administrando un servidor, probablemente sepamos cómo evitar que esto ocurra.
Flexibilidad. Linux se adapta a lo que necesites
Los administradores de sistemas Linux pueden adaptar sus sistemas a sus necesidades sin problemas. ¿que queremos trabajar desde terminal remoto para ahorrar recursos? sin problema. ¿una interfaz gráfica? la instalamos y la utilizamos.
Este sistema operativo gratuito nos permite personalizar hasta el más mínimo aspecto del sistema, desde el arranque y los servicios hasta cómo queremos que funcionen las aplicaciones. A diferencia de lo que ocurre cuando utilizamos un sistema Windows, en el caso de Linux tenemos control absoluto sobre la máquina.
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