Todos los implicados en el sector de las descargas directas se han visto obligados a actuar tras el cierre de Megaupload y la detención de sus responsables. En el caso concreto de Rapidshare, que ha visto incrementado enormemente su tráfico gracias a esta caída, ya sabíamos que venía bloqueando la indexación de Google desde hace tiempo.
No obstante, su último movimiento es considerablemente más drástico: la velocidad de descarga para usuarios gratuitos ha quedado limitada a una media de 30 kb/s, y para colmo de males ésta se produce a ráfagas, intercalando la bajada con momentos de parada absoluta. Como limitación adicional para quien no pase por caja, ahora también es imposible reanudar descargas pausadas.
De esta forma, Rapidshare pretende forzar a sus usuarios a que adquieran cuentas premium y reducir al mínimo el tráfico que no les reporte beneficios económicos. Conociendo los antecedentes de otros servicios que han optado por medidas restrictivas para incrementar el número de usuarios de pago y el poco éxito que eso supone, lo más posible es que estén cavando su propia tumba.
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