T homas Edward Lawrence estuvo en la toma de Damasco, la batalla de Megido, la Rebelión Árabe y la Primera Guerra Mundial. Prestó servicio como oficial del ejército Británico y, después de sobrevivirlo por 16 años, murió mientras conducía su motocicleta.
La vida de Lawrence de Arabia sirvió para concebir la película de 1962 que lleva su nombre. Y su muerte –perdió el control de la moto, quedó en coma y falleció seis días después– hizo que se comenzara a investigar sobre la necesidad de que los motociclistas usaran casco.
En la actualidad, el hecho se da por sentado. Cifras del 2014 del Runt indican que había cinco millones y medio de motos matriculadas en el país, y se estima que cada año se registra medio millón más.
Al mismo tiempo, la accidentalidad es la segunda causa de muertes en el país. Y los motociclistas representan el 48,7 % de los accidentes, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv).
Aunque para cada moto debe haber un casco, las cifras parecen indicar que la medida es insuficiente. Mientras la Ansv prepara la publicación de un nuevo reglamento sobre el uso de estas protecciones, que va desde la calidad y certificación hasta los diseños que no contemplará la ley, estos son los principales tipos de cascos que hay en el mercado, y la diferencia en sus usos.
Aún si aquello que le preocupa es el diseño, no hay excusa para no ponérselo. Lo importante es andar seguro, como decía la vieja campaña de la tortuga. La misma que decía “algunos animales no usan casco”.
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